El verano y las DIETAS

Muy buenas!! Soy María Reyes, Nutricionista de Clinica Bonadea. Hoy voy a hablaros de un tema que seguro que os suena…

No hay pareja más indisoluble que el verano y las dietas. Desde los meses previos ya empezamos a oír en el trabajo, en el super, en el gimnasio….estoy haciendo dieta!!! y ya he perdido …no se cuantos kilos… aunque nosotros veamos a la persona en cuestión exactamente igual que en Navidad.

Cada año nos llegan nuevas dietas de Norte América , la India o de la China comunista… todas nos prometen lo mismo, adelgazar en poco tiempo sin esfuerzo, algunas incorporan productos mágicos como un te que se come la grasa o una combinación mística de frutas orientales que hará que perdamos 5 kilos en una semana….Aún hay gente que se cree estas historias para no dormir y cada año cae, se gasta el dinero y la moral haciendo una dieta que si bien la hará perder peso luego lo recuperará inexorablemente (muchas veces casi el doble del perdido). Pero ¿ porqué ocurre esto?

el verano y las dietas

 

La explicación es sencilla si conocemos un poco cómo funciona nuestro cuerpo. Cualquier dieta hipocalórica, y esto significa que tenga poquitas calorías, hará bajar de peso a una persona que estaba acostumbrada a ingerir muchas más al día, hasta aquí todo lógico y normal.

Estas al tener que servirles a todo el mundo, porque recordemos que no están adaptadas, deben servir tanto al que consume 2800 kcal/día como al que consume 1300 kcal/día, se basan en quitar absolutamente todo lo que es energético para que sirva a ambos, la muy conocida pasta, arroz, patata, pan, fruta (contada). Todas hacen que bebas agua o te durante todo el día para mantener tu estómago lleno y que comas poco y repetitivo, yo las llamo las dietas de pechuga-lechuga-piña, no olvidemos la piña…

Otras hacen que cojas una fruta o una verdura y comas sólo eso durante dos semanas, a mi me encanta la sandía pero si tengo que comer 2 días seguidos sólo sandía … sale volando por el balcón.

No olvidemos aquellas que se basan en suplementos, batidos, comidas liofilizadas, pastillas… que además te cuestan un riñón. En el momento en el que dejamos ligeramente estas rutinas de productos comenzamos a coger peso de nuevo.

Todas ellas se basan en la restricción de alimentos de manera que de una forma o de otra cuando acabamos estas dietas estamos desnutridos.

Claro está, después de claudicar, porque no hay persona humana que pueda llevar esas dietas más de 7-14 días, volvemos a nuestra vida normal, con nuestra comida normal, nuestras cervecillas normales y nuestros heladitos normales en este tiempo. Y aquí viene la respuesta lógica de nuestro cuerpo: “llevas privándome de comer durante 7- 14 días( los que sean) y me has hecho que baje mis necesidades al mínimo, ya no consumo lo que antes porque durante un tiempo no tuve de qué alimentarme…y ahora me das estos banquetes! esto es Jauja!! a comer !! ahh por cierto, voy a seguir consumiendo lo mínimo como llevo haciendo estos días y el resto de comida la voy a guardar bajo llave, vaya a ser que te de otra de tus locuras transitorias y vuelvas a dejarme sin comer otra semana”.

Así que nuestro cuerpo se vuelve más eficiente come consume menos, almacena más comiendo lo mismo. Este es el drama de todos los años.

¿HAY ESPERANZA?

El rayito de esperanza viene en que es reversible, pero debemos hacer las cosas bien. Las dietas deben ser equilibradas, deben aportar todos los nutrientes necesarios para seguir sanos aunque estemos haciendo dieta y también para decirle a nuestro cuerpo que no hace falta que ahorre ni que acumule, que no le vamos a hacer pasar una posguerra nunca más.

Deben estar adaptadas a cada persona, a nuestras necesidades, no todo el mundo consume lo mismo ni necesita la misma energía a lo largo del día, algo muy importante es que no debemos pasar hambre. El tratamiento nutricional no solo incorpora una dieta sino que se basa en una educación en hábitos, en organización culinaria, en cocinado, en horarios, en herramientas para que podamos hacer una vida normal sin que eso afecta a nuestro peso.

Esta es la única manera de que una persona pierda peso de manera saludable y lo mantenga a lo largo de su vida. Amen de lo que podría pensarse, no es más difícil, ni más caro, es aprender a hacer bien las cosas una vez en la vida y que eso te sirva para el futuro.

Consulta con un profesional colegiado, la alimentación no es un juego, no solemos prestarle la atención que merece, de hecho nos pasamos restándole importancia todo el año, hasta el verano, ahí empiezan un año más las barbaridades. Yo siempre digo lo mismo, cuando se te pica una muela no acudes al fontanero por su dominio en limpiar cañerías ni cuando te duele la espalda acudes al mecánico aunque esté acostumbrado a enderezar chapas… Pongámosle un poco de cordura al verano.

El verano y las dietas

by Clínica Bonadea