Cuando decimos SÍ a otra forma de educar, Disciplina Positiva.

ELENA LAVESA | PSICOLOGÍA

Siempre he estado convencida de que todos los cambios a nivel social que queremos conseguir se alcanzarán a través de cambios en nosotros mismos que,a su vez, cambiarán nuestra forma de educar. Un niño no atendido emocionalmente como necesita, es un niño que se cree incapaz, con necesidad de vengarse y sacar dolor. Será una persona incompetente a nivel emocional. Pero claro, para poder atender a ese nivel a un niño, primero tengo que saber atenderme yo (en muchos sentidos) y recordar que “un adulto violento es un niño herido”.

Con esta premisa por bandera sentía y siento la necesidad de sembrar la semilla de la Disciplina Positiva en todas las personas que sientan, como yo, que se pueden hacer las cosas de otra manera.

Así, empezamos la presentación de Disciplina Positiva con nervios e incertidumbre a cerca de cómo iba a reaccionar la gente, si le daría la importancia que yo sentía que tenía… La respuesta fue brutal. Ahí me di cuenta que, por muy desolador que a veces parezca el panorama, hay mucha gente consciente, con ganas de evolucionar. Es muy esperanzador. Gracias.

Tras este despertar, un grupo bastante amplio de padres, madres y educadores, se unieron a la Primera Edición de la formación en Disciplina Positiva que llevamos a cabo en Clínica Bonadea, motivados por un objetivo común: ser mejores padres/madresAUTÉNTICOS ENTRENADORES PARA LA VIDA. Así lo asumieron desde el primer momento. Lo que no sabían es que se iban a llevar, no solo recursos para la crianza, también una filosofía de vida que iba mucho más allá; con ellos mismos y con su entorno.

¡Qué grupo me encontré! Ni aún haciendo un exhaustivo proceso de selección, ¡hubiéramos tenido un equipo mejor! Cohesión, diversión, respeto, cooperación… las bases de la educación respetuosa estaban allí, sin pedirlas.

Diseño sin título

Han sido sesiones muy reveladoras para todos, con aprendizajes muy importantes; como el entendimiento de que toda conducta de nuestros pequeños está motivada por una necesidad, que podemos suplir de manera adecuada. También nos llevamos conocimiento de nosotros mismos, y espero, que la visión de que somos seres únicos, irrepetibles y muy valiosos. Cuidarnos y querernos para poder cuidar y querer.

Este viaje me ha enseñado a exigirme un poquito menos, a valorar la importancia de disfrutar el camino y a que cuando las cosas se hacen con amor, ilusión y entrega, salen bien. Como me decía mi entrenadora “Confía en el proceso, todo fluye”

Gracias por dejar sentirme como una más, por permitirme disfrutar de mi trabajo y crecer con vosotros.

A Jessica, Luisca, Barbaño, Luis, Carmen, Araceli, Myrta, Migue, María, Juanmi, Elisa, Paco, María, Jaime, Alba, Julio, Teresa, Eva, Julieta, Mª Carmen y Lola.

Seguimos creando red.

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by Clínica Bonadea