ELENA LAVESA | PSICOLOGÍA
Al empezar una relación de pareja (cuando se está enamorado) todo parece ser de color de rosa; la liberación de ciertas hormonas es tan potente que apenas vemos defectos en la otra persona, nuestro estómago no deja de cosquillear, las ganas de estar juntos son inmensas y la pasión está a flor de piel.
Pues bien, esta fase, llamada enamoramiento, acaba. Puede durar entre seis meses y un año, y… ¡menos mal! porque aunque es una etapa maravillosa, nuestro cuerpo no podría aguantar por mucho más tiempo esa carga de estrés y ansiedad feliz.
Una vez acabado el enamoramiento empieza una etapa de amor mas solida, segura y racional. Entra en juego el compromiso y los lazos de unión se fortalecen. El vínculo es más profundo aunque, eso sí, menos intenso y la pasión no desaparece, pero sí se modifica.
Con el paso del tiempo, debido a la monotonía, y a la falta de dedicación, la relación de pareja puede verse afectada y parece que la famosa llama del amor puede empezar a apagarse.
Por lo tanto, ¿qué podemos hacer para que no muera el amor?:
- COMUNICACIÓN: es la base de toda relación. Escucha a tu pareja y exprésale tus necesidades, tus deseos o tus sentimientos. ¡No esperemos a que la otra persona adivine lo que queremos! ¡Pídeselo!
El tono en el que hablamos es esencial para que nuestro mensaje sea entendido, comunícate de manera calmada, en un tono agradable y expresando lo que sientes, de otra forma, tu pareja lo entenderá como un ataque y tu mensaje perderá su valor. - AFECTO FÍSICO: el habituarnos a estar o convivir con esa persona, puede hacer que nos olvidemos de aspectos tan importantes como darnos cariño. El beso y abrazo de buenos días y buenas noches, de despedirnos, de encontrarnos o !sin motivo alguno!, el contacto físico viendo la televisión, durmiendo o simplemente cuando nos cruzamos por el pasillo van hacer que nuestro vínculo se fortalezca haciendo que nos encontremos mejor y más seguros y por supuesto, alimentando el amor de nuestra relación.
- COMPARTIR AFICIONES: algún deporte,ejercicio, cine, música, ir de compras, salir de cañas…en definitiva pasar tiempo juntos de calidad realizando actividades que le gusten a los dos, va a ser un momento para vosotros, para disfrutar unidos y fortalecer vuestra relación.
Al igual que es necesario compartir tiempo, es igual de necesario tener vuestros propios espacios. Os ayudará a ser independientes y a apreciar
más el tiempo que pasáis juntos. - COMPARTIR OBLIGACIONES: es necesario un equilibrio, que toda la carga diaria (hogar, hijos, trabajo..) recaiga en un solo miembro de la pareja, hará que esta persona se sature, reproche al otro su falta de cooperación, afecte a su estado de ánimo y disfrute menos de las cosas en común, perjudicando seriamente la relación. Además de desvincular a la otra persona de las responsabilidades que conlleva vivir en pareja.
- MOMENTOS DE INTIMIDAD: la rutina, las obligaciones diarias, el estrés, la monotonía sexual… son malos aliados para los momentos íntimos con nuestras parejas. Dentro de este círculo es difícil que el momento surja solo, tal y como sucedía al principio de la relación. Así que deja de esperarlo y ¡créalo! Planead el momento, organizaos, innovad, dedicaos a vosotros y… ¡a disfrutar!
- CITAS SORPRESAS: nos ayuda a romper con la rutina. Se trata de que cada uno prepare cuidadosamente y de forma sorpresa, una cita a su pareja, una vez al mes, un mes cada uno. No tiene que ser algo grandioso, ni muy costoso, pero sí novedoso, que no hayáis hecho nunca o al menos desde hace mucho tiempo. Dar un paseo por la playa, hacer un picnic en el campo, un lugar bonito para cenar…Tenemos que jugar con la intriga que despierta en el otro la idea de ser sorprendido.
- DETALLES DIARIOS: un mínimo detalle puede alegrarnos el día; un whatsapp bonito, incluso erótico en mitad del día (y no solo para decirnos que compremos el pan), una nota en la nevera, dejarle el desayuno preparado… Al final lo grande son los pequeños detalles.
- RADAR POSITIVO: en muchas ocasiones estamos más atentos a los aspectos que no nos gustan de nuestra pareja que a las cosas que sí nos gustan de ella. Esta tarea consiste en centrar nuestra atención en los aspectos positivos de la otra persona; lo guapa que la ves en un momento dado, el detalle que ha tenido, lo que te hace reír…dedicarnos en esto va a hacer que los aspectos que no nos gustan del otro pierdan valor, ganando así, lo positivo. Por lo tanto, ¡activa el radar!
Igual que nos dedicamos y nos esforzamos a diario en nuestro trabajo para no perderlo, nuestra relación de pareja requiere igual o más dedicación. Si no trabajamos en ella, acabará apagándose, y no vamos a dejar que pase, ¿verdad? Así que… ¡a trabar!
