En la gran mayoría de las familias con hijos/as entre 10 y 18 años existen unos comportamientos compartidos relacionados con la conducta rebelde, oposicionista y desafiante, cada uno en su medida.
Existe un gran número de casos que acuden a consulta de madres y padres desesperados por intentar cambiar esta dinámica de comportamiento que se ha instaurado en la familia. Los intentos por disminuir este comportamiento a través de estrategias poco efectivas dañan la relación entre padres e hijos/as y, poco a poco, resulta más complicado establecer el orden en la casa sin que haya una disputa.
“Los intentos por disminuir este comportamiento a través de estrategias poco efectivas dañan la relación entre padres e hijos/as”
Por norma general, la desinformación hace que los padres se resistan a buscar un profesional con la esperanza de que las dificultades desaparezcan con el tiempo, sin embargo, en este post te explico algunos aspectos a tener en cuenta para saber si tu hijo es rebelde y si tendrías que pensar en acudir a un profesional.
Aspectos a tener en cuenta:
– El primer paso es identificar comportamientos. Existen 3 categorías que determinan una conducta rebelde, que son:
- No hacer caso a una orden de un adulto en un tiempo razonable.
- No terminar las tareas que se le adjudican.
- Desobedecer las normas que se han propuesto previamente.
“1º paso. Identifica si tarda mucho en hacer las tareas, no las finaliza y/o desobedece las normas”
– El segundo paso es determinar si los comportamientos de estas tres categorías se presentan de manera persistente y no están provocados por un evento puntual. Es decir:
Nos referimos a persistente cuando los comportamientos se prolongan en un periodo de al menos 6 meses, aunque varían su intensidad y frecuencia a lo largo este periodo.
“2º paso. Aparecen por al menos seis meses y no están provocadas por una situación estresante”
También hay que analizar el entorno e identificar si existe alguna situación que esté provocando estrés en el joven como, por ejemplo: el divorcio de los padres, fallecimiento de un abuelo/a, acoso escolar, cambio de colegio y/o lugar de residencia, entre otros. Si el chico/a ha cambiado hacia un comportamiento más rebelde y desafiante durante un periodo de estrés, puede existir una dificultad a la hora de gestionar sus emociones y acentúa el comportamiento no deseado. En cualquiera de los casos, si se ha prolongado por más de 6 meses, sería conveniente buscar ayuda de un profesional para modificar el comportamiento y realizar una intervención en el área emocional.
“El comportamiento rebelde y desafiante puede estar provocado por una mala gestión de sus emociones y pensamientos”
– El tercer paso es identificar si esos comportamientos problema rompen la armonía de la familia de manera significativa y si todos los miembros de la unidad familiar preferirían que estas conductas desapareciesen.
“3º paso. Son comportamientos que desestabilizan la armonía de la familia”
Si te has visto representado/a en este post posiblemente necesites asesorarte sobre el grado de rebeldía de tu hijo/a. Ten en cuenta que cuanto antes se ataje el problema menos esfuerzo se necesita para modificar la conducta. Si tienes alguna duda sobre las estrategias que estás aplicando con tus hijos/as no dudes en ponerte en contacto con el equipo de psicología de la Clínica Bonadea.